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Inflamación Crónica y Longevidad: Un enemigo Silencioso

  • Foto del escritor: agustin acuna
    agustin acuna
  • 27 abr
  • 4 Min. de lectura

¿Sabías que la inflamación puede ser tanto una aliada como una enemiga de tu salud?

Aunque solemos asociarla con dolor e incomodidad, en realidad es un mecanismo esencial para la supervivencia. Pero, ¿qué sucede cuando esta respuesta del cuerpo se mantiene activada constantemente? La inflamación crónica puede convertirse en un factor silencioso que acelera el envejecimiento y contribuye al desarrollo de enfermedades graves.


Inflamación: Aliada y Enemiga


Ahora bien, que es la inflamación? La inflamación es el mecanismo de defensa natural del cuerpo.

Cuando enfrentamos infecciones, lesiones o toxinas, nuestro sistema inmunológico responde activando una serie de procesos biológicos destinados a la curación y protección del organismo. Por ejemplo, si te cortas el dedo, el área afectada se hincha y enrojece; esto indica que el sistema inmune está trabajando para reparar el tejido dañado. Este es un ejemplo de inflamación positiva y necesaria para nuestra salud y supervivencia.

El problema surge cuando la inflamación se vuelve persistente sin causa aparente generando daño celular continuo. Cuando esto ocurre, es lo que conocemos como inflamación crónica.

Esta inflamación crónica contribuye al desarrollo de enfermedades como artritis, asma, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso cáncer. Además, se ha relacionado con fatiga crónica, dificultades para mantener un peso saludable, disfunción del sistema inmunológico y alteraciones en el estado de ánimo.

Sin embargo, es posible tener inflamación crónica sin estar diagnosticado con una enfermedad específica. Y esto impacta negativamente en tu calidad de vida y en tu longevidad.

Aunque no se manifieste a través de una enfermedad concreta, la inflmacion cronica contribuye a menores niveles de energía, dificultad para la concentración, problemas digestivos recurrentes, dolores musculares y articulares sin causa aparente, e incluso alteraciones en el estado de ánimo como ansiedad o depresión. Estos síntomas pueden ser señales de un estado inflamatorio sostenido que, con el tiempo, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y acelera el envejecimiento biológico.

A nivel celular, la inflamación crónica genera daño oxidativo y disfunción mitocondrial, afectando la capacidad de las células para producir energía y reparar tejidos. Este proceso acelera el envejecimiento biológico y aumenta el riesgo de enfermedades asociadas con la longevidad precoz. Estudios han demostrado que niveles elevados de inflamación sistémica contribuyen al acortamiento de los telómeros, estructuras protectoras del ADN cuya reducción está relacionada con un envejecimiento acelerado y una mayor predisposición a enfermedades crónicas.


¿Qué factores están promoviendo la inflamación crónica en tu cuerpo?


Probablemente te sorprenda saber que muchos factores que contribuyen a la inflamación crónica están directamente relacionados con tus hábitos y estilo de vida. El estrés crónico, una mala alimentación, la exposición a toxinas o la falta de actividad física son alguna de ellas.

Por ejemplo, diversos estudios han demostrado que el consumo de azúcares refinados, aceites vegetales ricos en Omega 6, el alcohol, algunos lácteos y el gluten pueden promover la inflamación crónica. Estos alimentos han sido asociados con un aumento de marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (PCR) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), contribuyendo al desarrollo de enfermedades metabólicas y autoinmunes.

La cantidad de movimiento que realizas también es clave. El sedentarismo, un gran problema en la actualidad, promueve la acumulacion de grasa visceral, reduce la sensibilidad a la insulina y altera la funcion mitocondrial, favoreciendo un estado pro inflamatorio.

El ritmo acelerado de la vida moderna nos expone reiteradamente a situaciones de alto estrés, provocando una liberacion constante de una hormona conocida como cortisol. Esta sustancia si se mantiene en altas concentraciones promueve un aumento de sustancias pro inflamatorias, como la interleucina 6 y el Factor de Necrosis tumoral Alfa. Tambien, el estres cronico impacta sobre la microbiota intestinal aumentando la permeabilidad intestinal, facilitando asi el ingreso de toxinas y sustancias inflamatorias al organismo.


Como saber si estoy Inflamado?


  1. Presta atencion a alguno de los siguientes sintomas: Cansancio persistente, Problemas digestivos como la distension abdominal o gases, niebla mental o dificultad para concentrarte, o cambios en el estado de animo.

  2. A traves de diferentes pruebas de laboratorio que evalúan marcadores clave de inflamación. Algunas de las principales evaluaciones incluyen:

  3. Perfil de Inflamación Celular (PIC): Es un análisis de sangre que mide la relación entre dos ácidos grasos esenciales: Ácido Araquidónico (AA) y Ácido Eicosapentaenoico (EPA) . Un desequilibrio en esta relación, especialmente un nivel elevado de AA en comparación con EPA, indica un mayor grado de inflamación celular.

  4. Proteína C Reactiva (PCR): Se mide a través de un análisis de sangre y es un marcador clave de inflamación en el cuerpo. Valores elevados pueden indicar inflamación crónica y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

  5. Velocidad de Eritrosedimentación (VES): Esta prueba mide la velocidad con la que los glóbulos rojos se asientan en un tubo de ensayo. Una tasa elevada de sedimentación sugiere la presencia de inflamación en el cuerpo.

  6. Homocisteína: Se evalúa mediante un análisis de sangre y niveles elevados están relacionados con inflamación crónica, estrés oxidativo y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

  7. Niveles de Metales Pesados: Sustancias como el mercurio, plomo y aluminio pueden aumentar la inflamación en el cuerpo. Estos metales pueden medirse a través de análisis de sangre, muestras de cabello o dispositivos especializados como el OligoScan , que utilizan tecnología de espectrofotometría para detectar su presencia de forma no invasiva.


Conclusión: Controla la Inflamación para una Longevidad Saludable


Si tu objetivo es mantener o reducir los niveles de inflamación en tu cuerpo, la clave está en mejorar los hábitos diarios:

Implementar una alimentación rica en antioxidantes (como el Omega 3, vitamina C y vitamina E), reduciendo el consumo de ultraprocesados y azúcares refinados, junto con la práctica regular de actividad física y la gestión del estrés mediante técnicas como la meditación o ejercicios de respiración, son estrategias clave.

Pequeños cambios sostenidos en el tiempo pueden generar un impacto significativo en la reducción de la inflamación y, en consecuencia, en nuestra longevidad y bienestar.

 
 
 

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